Un buen momento para inversiones

¿Hay confianza para invertir?

De acuerdo con AT Kearney, empresa que anualmente elabora su índice mundial de confianza en la IED, en 2020 el ranking de los países más confiables y en un buen momento para invertir es liderado por Estados Unidos, Canadá, Alemania, Japón y Francia, México (que estaba en la posición 25 en 2019) quedó fuera, atribuyéndolo a la priorización de inversiones de bajo impacto económico y social, cambios en el sector energético y cancelaciones de proyectos.

En este sentido, AT Kearney afirma que la recuperación de la economía mundial después de la COVID-19 es fundamental para atraer la IED y hacer inversión en México; sin embargo, “las condiciones económicas internas también serán relevantes para generar mayor confianza para la inversión en el país.”

Según la CEPAL, los beneficios de la IED se obtendrán cuando las políticas de atracción de IED se integren y coordinen con las políticas de desarrollo de un país (en este caso, México).

“Aunque la IED por sí sola no resuelve los problemas relacionados con el crecimiento económico, puede asumir un papel importante en la medida en que esté alineada con sus objetivos estratégicos”, según su informe “La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe”.

La realidad de la pandemia, el reshoring y las expectativas

La coyuntura de la COVID-19 ha provocado una profunda crisis económica que ha afectado a la IED mundial.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su informe

“La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe, 2020″, a causa de la pandemia, la mayoría de los sectores productivos del mundo fueron golpeados de manera generalizada, lo que se extendió sucesivamente a las inversiones transfronterizas, que podrían registrar una reducción de entre 30% y 40% a fines de 2021.

Según el citado documento de la CEPAL, entre las transformaciones que experimentarán las cadenas globales de valor en la próxima década, se puede considerar el repliegue, en distintos grados, de la producción internacional, lo que tiene como consecuencia una disminución de la inversión extranjera, prestando especial atención a la deslocalización nacional (reshoring).

Esta deslocalización podría ser muy relevante para las industrias de alta tecnología.

Pero concretamente, en el sector del automóvil, este punto es ambivalente: el elevado volumen de inversiones ya realizadas en los principales países latinoamericanos productores de vehículos (Brasil y México) y el grado de preparación técnica alcanzado por su mano de obra generan un elevado arraigo territorial que hace improbable el retorno de estas industrias a sus países de origen.

Nuevas estrategias de colaboración

Cabe señalar que la estrategia del gobierno mexicano para atraer la IED se ha basado en la creación de un marco regulatorio que ofrezca transparencia al inversionista y un buen momento, más que en la construcción de políticas basadas en incentivos para promoverla.

“Los nuevos escenarios internacionales hacen necesario que la IED y las políticas para promoverla sean parte de un proyecto más amplio que permita la inclusión social, la equidad y la creciente sustentabilidad ambiental”, señaló Salles Sainz Grant Thornton.

Pero, para ello, es necesario no sólo ofrecer las condiciones para que el capital extranjero llegue, sino que es necesario crear condiciones para que el capital se convierta en fuentes generadoras de mayor productividad, innovación y tecnología.

Tomando en cuenta si es un buen momento para su implementación.

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